Y es que las películas de terror son cada vez más complejas a la hora de intentar inducir un miedo intenso. Las tramas actuales intentan utilizar nuevos recursos o mezclar historias con fórmulas clásicas de terror, como casas encantadas, fantasmas o entidades demoníacas para captar la atención del espectador.
La historia comienza presentando a los miembros de la nueva casa: Keira (Elisha Cuthbert) y su esposo Brian (Eoin Macken) y sus hijos Ellie (Abby Fitz) y Steven (Dylan Fitzmaurice Brady).
A la hija mayor no le gusta nada el cambio de domicilio y se lo hace saber a su madre cuando mira las habitaciones de la casa. En concreto, los extraños símbolos a modo de adornos y las malas vibraciones que sentía en el sótano, tras estar encerrada allí.
Aunque la familia trata de ignorar este último hecho, La repentina desaparición de Ellie les hace cambiar de opinión, obligándolos a embarcarse en una búsqueda desesperada para encontrarla.. Al mismo tiempo, intentan descifrar los acertijos que hay en este lugar.

A medida que avanza la trama, puede notar el uso de recursos vistos anteriormente. Sin embargo, hay un factor interesante: el uso de fórmulas matemáticas para comprender los secretos que guarda esta antigua casa y el uso de varias mitologías para conectar los puntos con el mundo sobrenatural.
Pero estos detalles se omiten, luego de que la dirección de la historia nos retrotrae al uso clásico del ocultismo y el mundo paranormal como recurso primario. Esto sin poder valorar los factores interesantes.