No recuerdo la segunda película, pero algo debe estar pasando con Jane porque en la tercera ya no aparece —sabemos que en realidad, Natalie no quería tener nada que ver con el revival de su personaje—. En este punto, Thor juega al indiferente, al “ya terminé con esto”; comienza con un gesto inútil la parodia de su propia integridad.
Lo que realmente sucedió fue que Marvel contrató al australiano Taika Waititi como escritor y director de las nuevas películas.A ver si su imaginación estroboscópica podía ponerle onda al superhéroe más aburrido de la casa -escucha, debes ser más aburrido que el Capitán América, eh-. Waititi lo hizo; Thor: Ragnarok es una explosión de color y pases cómicos. La más memorable es, quizás, la relación de hermanos entre Thor y Hulk: los dos grandes hombres lo miden -el ego- hasta pasar la marca del ridículo.
Los éxitos de Taika
En la era Waititi, la virilidad solemne del hijo de Odín sólo tiene cabida como parodia. El personaje de Chris Hemsworth está sumido en una crisis existencial que no sabe nombrar y que sólo matizan sus arrebatos de hombre que se quiebra. Primer intento : ahora Thor es un idiota y todos a su alrededor lo saben. La banda sonora de rock está ahí para reforzar los efectos de esta idiotez. Sin olvidar que Odín murió al comienzo del Ragnarok y dejó a su primogénito del lado del destino del reino. Thor nunca podrá tomar el trono; será el papel de Valkyria, la guerrera lesbiana de Tessa Thompson, que en amor y trueno se nos presenta como el rey de Asgard. Segundo golpe: “Yo soy el rey”, dice Valkyria en masculino, poco antes de recordar sus romances con otros guerreros. En futuras películas, ¿la veremos interpretar a la Capitana Marvel como predicen algunas filtraciones?